Texto de opinión "Las Chicas de Alambre" de Jordi Sierra i Fabra

 

La moda y sus estándares

“Las Chicas de Alambre” de Jordi Sierra I Fabra

El mundo de la moda ha promovido diversos estereotipos en cuanto al físico de las modelos, afectando principalmente a sus seguidores más jóvenes, especialmente a aquellos que sueñan con caminar en las pasarelas. Desde mi perspectiva, abordaré el impacto de los trastornos alimenticios en las modelos y cómo estos son originados por influencias externas.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, la anorexia es un trastorno alimentario que resulta en un peso corporal inferior al adecuado para la edad y altura de una persona. Este problema suele ir acompañado de una preocupación excesiva por el peso y la comida, junto con una percepción distorsionada de la propia imagen corporal y un miedo irracional a aumentar de peso. En Las chicas de alambre, Vania es un claro ejemplo de esto: una modelo que enfrentó la anorexia y tuvo que buscar ayuda en un centro de rehabilitación. Aunque también sufría otros problemas personales, como la pérdida de amistades cercanas, la industria de la moda fue, sin duda, un factor influyente en su situación. Las estrictas exigencias físicas impuestas por las marcas de renombre no son algo reciente, sino que tienen raíces históricas, y a menudo están entrelazadas con la fama y las críticas externas.

Desde siempre, la selección de modelos ha seguido criterios específicos. Los diseñadores suelen exigir medidas exactas, un cuerpo "ideal" y una delgadez que muchas veces no es saludable. Pero, quiénes son realmente los responsables de estas exigencias? ¿Es una idea creada por los diseñadores en busca del "maniquí perfecto"? ¿O es la sociedad, con sus pensamientos arraigados, la que impulsa a la industria a seguir estas tendencias? En mi opinión, es una combinación de ambos. Por un lado, los diseñadores han buscado, desde hace décadas, figuras esbeltas para exhibir prendas sin que el cuerpo interfiera en su diseño. Sin embargo, ellos mismos forman parte de la sociedad, lo que indica que estos ideales también reflejan las ideas colectivas.

Afortunadamente, la mentalidad dentro del mundo de la moda ha comenzado a transformarse, y esto ha contribuido a una disminución en los casos de anorexia. He notado un mayor grado de aceptación hacia modelos con cuerpos más diversos y naturales. Ya no parece ser imprescindible seguir estrictas dietas o perder peso excesivamente para desfilar en algunas pasarelas.

En conclusión, aunque los trastornos alimenticios como la anorexia han estado presentes durante mucho tiempo, todavía representan un problema actual. Este desorden está estrechamente ligado a los ideales de belleza, el perfeccionismo, los comentarios despectivos y la presión por ajustarse a estándares sociales. Si deseamos reducir su incidencia, debemos empezar por cambiar la manera en que nos referimos a los demás e introducir progresivamente nuevos estándares de belleza que abracen la diversidad. La aceptación genuina de las personas tal y como son puede marcar una verdadera diferencia.

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